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6 hábitos de las personas resilientes

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¿Qué hace que algunas personas sean perseverantes ante circunstancias difíciles mientras que otras se desmoronan ante la primera señal de crisis? Lograr entender las principales cualidades de las personas resilientes es el primer paso para cultivar esa cualidad en uno mismo.

En el día de los inocentes del 2011, inesperadamente me diagnosticaron con las primeras etapas de cáncer invasivo de mama. Como escritora independiente con una carrera que amo y una familia que depende de mis ingresos, pasé la mayor parte del año haciendo malabares entre cirugías, quimioterapias y radiación, con tareas, entrevistas y partidos de futbol juvenil. En todo momento, mis amigos y colegas se mostraron sorprendidos de que permanecí relativamente activa y optimista.

Me preguntaba, ¿qué otra cosa puedo hacer? Permanecer en la cama la mayor parte del año no era una opción para mi personalidad ni para mi cuenta bancaria. ¿Por qué no mirar el lado positivo de un diagnostico a tiempo, un buen pronóstico y seguir adelante? Durante este tiempo, contribuí en dos libros, escribí decenas de artículos y terminé el año con un certificado de buena salud.

Desde entonces, he tenido más curiosidad que nunca acerca de por qué algunas personas perseveran a través de circunstancias difíciles, mientras que otros se desmoronan ante la primera señal de crisis. Me preguntaba si había cosas en común entre las personas resilientes y si era posible desarrollar esas cualidades y puntos fuertes. Las respuestas, de acuerdo a los expertos, son sí y sí. Aquí esta lo que, dicen, las personas que nunca se dejan morir tienen en común, y cómo las puede desarrollar uno mismo.

1. Ellos construyen relaciones.

Las personas que se recuperan tienden a tener un círculo de personas de apoyo a su alrededor, dice el Doctor Michael Ungar, co-director del Centro de Investigación de Resilencia de la Universidad Dalhouise en Halifax, Canadá. Para algunas personas, eso es una familia unida, pero para otros es un grupo cuidadosamente cultivado de amigos, colegas, mentores y otras personas que en verdad se preocupan y están dispuestos a ayudar. El Doctor Ungar dice que ha visto la tendencia a buscar fuentes de apoyo en niños de tan solo cinco años de edad: Cuando la unidad familiar no funciona como tal, los niños tienden a recurrir a los entrenadores, maestros u otros adultos como una red de apoyo. Del mismo modo, los adultos resilientes buscan a otras personas que se preocupan por ellos, que pueden ofrecer ayuda emocional, profesional o de otro tipo, cuando los tiempos se ponen difíciles.

2. Se replantean las heridas del pasado.

Lorenn Walker acababa de salir del bar de un hotel una noche de 1976, cuando un asaltante desconocido casi la mato. Él huyó, pero ella quedo gravemente herida, necesitando una cirugía en su rostro. Su recuperación tardo cuatro meses. A través de la terapia y deliberadamente rechazando ser una presa del miedo y el resentimiento, ella fue capaz de “replantear” o pensar en la situación de una forma diferente. En lugar de resentir las cicatrices y los recuerdos de miedo, la abogada y concejera de Hawai, ve el ataque como el catalizador que la llevó a su trabajo que ella llama justicia restaurativa, aconsejando a presos y víctimas de delitos violentos en cómo hacer las paces con el pasado y cultivar un sentido para sus vidas.

Ella dice: “Tienes el poder de determinar cómo se va a ver una situación, y ese poder no se lo otorgas a las personas que te han hecho daño”.

3. Aceptan el fracaso.

Paul LeBuffe imparte conferencias sobre la resilencia como parte de su trabajo como director del Devereux Center para Niños Resilientes, una institución en Pensilvania que trabaja con educadores y profesionales de la salud mental para desarrollar niños más resilientes. No es raro que su audiencia se componga de jóvenes que eran estudiantes exitosos pero que se graduaron durante la recesión de Estados Unidos y están devastados por su incapacidad para encontrar trabajo.

Él dice: “Ellos no saben cómo hacer frente al hecho de que no consiguieron el primer trabajo que solicitaron. Por lo que escuchamos historias de que estos jóvenes se la pasan sentados jugando video juegos”.

Si no te das la oportunidad de fallar a veces y lo aceptas como parte de la vida, vas a estar peleando sin sentido, dice LeBuffe. Quien obtiene el éxito a partir del fracaso, desarrolla la capacidad de ser optimista de que las cosas pueden estar mal ahora, pero estarán bien con el tiempo.

4. Tienen múltiples identidades.

Las personas que obtienen la mayor parte de su autoestima a partir de su trabajo, cuando las despiden, no solo pierden su fuente de ingresos, sino también una gran parte de su identidad, dice el Doctor Ungar. Las personas resilientes tienen a menudo una serie de distintas fuentes desde donde obtienen su sentido de autoestima, como pueden ser, profundas amistades, relaciones familiares, una fe inquebrantable o un papel de liderazgo en la comunidad. Son más capaces de recuperarse, ya que incluso si una de estas fuentes se va, todavía tiene un sentido de conexión con las otras fuentes.

5. Practican el perdón.

Ya sea que se trate de perdonar a uno mismo por un fallo o perdonar a alguien más por un daño o una injusticia, ser capaz de dejar de lado las heridas del pasado y seguir adelante es un componente esencial de la resilencia, menciona Walker. Cuando usted se encuentra rumiando sobre las quejas y las historias negativas, debe detenerse y recordar las cosas por las cuales debe estar agradecido. Si usted no es una persona que perdona de manera natural, esto requiere práctica, pero es una habilidad que se puede dominar.

6. Tienen un sentido de propósito.

LeBuffe dice que las personas resilientes tienen un sentido de propósito que les ayuda a analizar su situación y trazar los próximos pasos. Esto se debe a un conjunto de valores que es único para cada individuo. Cuando sabes lo que es importante para ti, ya sea la familia, la fe, el dinero, la carrera o algo más, se pueden priorizar de acuerdo a lo que requiera una atención inmediata. Esto es válido también para las organizaciones. Cuando todos saben el objetivo final, todos pueden contribuir de manera significativa. Cuando no, todos están sumidos en la indecisión.

Si las personas que trabajan en una empresa desconocen los valores, están paralizados. Ellos tienen que seguir viniendo a la alta dirección a preguntar: ‘¿Qué pasa si vamos por este mercado?’ o ‘¿Qué opinas acerca de la ampliación de crédito por otros 30 días?’, en lugar de ser capaces de actuar de forma adaptativa. Es lo mismo con las personas. Debemos saber lo que es importante, para ser capaces de tomar decisiones”.

Este texto fue publicado originalmente en Fast Company.
Traducción y adaptación por parte de Omar García.

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