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Cancelar un proyecto afecta tu imagen

Es una situación incómoda saber que el proyecto que estamos dirigiendo se encuentra a punto de ser cancelado, indudablemente lo vemos como un fracaso que puede afectar la imagen de nuestra carrera profesional. Aunque el proyecto sea cancelado por motivos ajenos a nosotros, las personas que nos apasionamos con el éxito, indudablemente lo vemos como un tropezón en nuestra carrera.

Dejando en claro que al hablar de cancelar un proyecto nos referimos a aquellos en los que ya se está trabajando, y no en los que apenas se estaba en negociaciones. Podemos encontrar una infinidad de motivoscancelar proyecto diferentes por los cuales se puede cancelar un proyecto, desde la falta de recursos económicos para seguirlo patrocinando, hasta el cambio de objetivos que hacen innecesario la continuidad del mismo.

En muchas ocasiones la decisión de cancelar un proyecto es tomada por alguno o algunos de los interesados del proyecto, para después solo notificarnos, entregar lo que sea necesario y sin más, decirle adiós al proyecto. Sin embargo, existe otro escenario, cuando queda en nosotros tomar esta difícil decisión. ¿A quién de ustedes alguna vez el cliente, el patrocinador o alguno de los interesados del proyecto le han encomendado la tarea de analizar la viabilidad del proyecto y decidir si continúa o es mejor cancelarlo?

Si estamos al frente de un proyecto, por instinto vamos a reaccionar con una negativa ante la posibilidad de cancelar nuestro proyecto. A nadie le gusta invertir tiempo y dinero para después echarlo a la basura. Pero actuar instintivamente nunca ha sido la manera más correcta de afrontar los problemas, un buen líder sabe hacer un análisis objetivo de la situación actual de su proyecto, tomando en cuenta los problemas con los que se enfrenta y nunca olvidándose de los objetivos que deben cumplirse.

Aferrarnos a continuar un proyecto que está lleno de problemas, con falta de presupuesto, sin los colaboradores adecuados y con un retraso preocupante en los tiempos, puede afectar aún más nuestra imagen que afrontar la difícil decisión de cancelar el proyecto. En ocasiones decidimos darle continuidad a un proyecto que va caminando terriblemente mal, donde por no querer cancelar nos aventuramos a seguir hasta el final, teniendo como resultado un gran fracaso.

Ante la difícil pregunta: ¿El proyecto debe continuar? Lo correcto no es contestar un “” de manera instintiva, lo adecuado sería hacer una evaluación del desempeño del proyecto, enlistar la serie de problemas y situaciones que tenemos en contra, estudiar los tiempos de entrega comparado con el presupuesto gastado y el que aún nos queda. Tomando estos factores en cuenta podremos decidir si es correcto dar continuidad o es mejor dar por cancelado el proyecto.

Cancelar un proyecto indudablemente nos va a pegar en el orgullo, pero si hacemos un análisis bien detallado de la situación actual del mismo, y en base a eso decidimos cancelar, nuestra imagen no se verá afectada en comparación de aferrarnos a seguir y prolongar el sufrimiento hasta encontrarnos al final con un proyecto fracasado.

Sobre el autor: Omar García

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