Transformación digital
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Cómo pasar de la experimentación a la transformación digital

Las empresas que no destinan recursos a la digitalización están muriendo. En cambio, los altos ejecutivos que invierten en tecnología digital lo hacen porque saben que es una oportunidad para innovar, pero no todas se convierten en nuevos gigantes de sus industrias, a algunas les cuesta trabajo conseguir que esos cambios se traduzcan en crecimiento y avances en sus negocios. ¿Por qué pasa esto?

En términos generales, hay una mayor comprensión de lo transformador que será lo digital, los que están al frente de las empresas entienden la importancia para el futuro de sus compañías. Hacen las primeras dos fases del ciclo de transformación, es decir, generan ideas y las prueban, pero se les dificulta pasar a la última etapa, la de convertir ese ingenio en nuevas formas de trabajo.

El proyecto Empresa Digital fue la respuesta por parte del Foro Económico Mundial y Bain & Company para ayudar a los directores a superar y ejecutar mejor su transformación. Decidieron crear un grupo de trabajo de altos ejecutivos de 40 compañías globales del cual se desprende una guía práctica que publicaron en septiembre de 2018.

Dos mentalidades que los ejecutivos necesitan conocer

Los altos ejecutivos se equivocan al pensar que sus negocios se pueden extender de por vida —mentalidad presente-hacia adelante— porque la tecnología está revolucionando de manera profunda el mundo como lo conocemos. Si solo hacen presupuestos cada inicio de año sin una comprensión del futuro tenderán a estancarse.

Si el ritmo del cambio ahora parece apresurado, donde la tecnología nos permite difundir las ideas de calidad muchos más rápido, en el futuro será mayor. Es algo de lo que se reflexiona en la guía del Foro y parece conveniente comenzar a mentalizarse que así será.

Las empresas invierten en tecnología, pero no saben cómo modificar sus procesos de trabajo para ser innovadores. Lo que necesitan es tener una futuro aspiracional que los ayude a visualizar el papel que quieren desempeñar en sus respectivas industrias y en función de eso planificar.

En este contexto, cabe preguntarse si la planificación estratégica tiene mayor relevancia que antes. La discusión en el proyecto Empresa Digital se enfocó en analizar los planes tradicionales, resulta que son lentos estáticos para el ritmo y necesidades actuales. Dificultan a las organizaciones ser flexibles para tomar el rumbo que mejor les convenga para evolucionar. Por eso propusieron conectar la mentalidad de “hoy en adelante” y el “enfoque de futuro”.

Hoy en adelante es un término que se usa en la tecnología digital y la gestión de negocios que hacen que una empresa mejore, sea más rápida y más barata. Por su parte, el enfoque de futuro se refiere a cómo las empresas pueden anticiparse a lo que sigue y ejecutar una estrategia de crecimiento a largo plazo a partir de hoy.

El enfoque de futuro comienza por visualizar a la compañía en el 2031 y a partir de esa aspiración planificar lo que la empresa necesita para lograrlo. Un consejo para hacer la prospección es: imaginar cómo serán las necesidades de los clientes con la transformación tecnológica y sus consecuencias sociales, políticas, económicas y culturales.

Aunque es incierto lo que va a suceder en 10 años o más, el enfoque de futuro da estructura para que la compañía desempeñe el papel que quiere y se deje de mover hacia donde la lleve cada transformación tecnológica.

En el taller del Foro Económico Mundial llegaron a la conclusión de que los tomadores de decisiones deben tener una perspectiva de cómo actuar para evolucionar y comenzar a moverse, lo que requiere un nuevo enfoque en las estrategias, más flexible, ágil y orientado hacia el futuro.

Sobre la autora: Kayleigh Bistrain.

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