Entornos Laborales
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Los entornos laborales saludables fortalecen la ética empresarial

Las instalaciones de Google están lejos de parecer oficinas. Cuentan con gimnasio, cuarto de juegos, sala de masaje, área para tomar siestas, cocina, hay clases de activación física, entre muchos otros espacios acondicionados. La empresa del principal buscador en Internet se preocupa por el bienestar físico y mental de los miembros del corporativo. Y aunque también hay (ex)empleados que se quejan por estas u otras prácticas, el objetivo detrás de esa cultura de gestión es uno de los debates actuales en el mundo de negocios.

El sector empresarial y otros involucrados indirectamente se han planteado la necesidad de reformular la ética laboral porque se dieron cuenta que cuando los trabajadores se sienten valorados, a gusto en su lugar de trabajo y hay lazos de confianza e incluso comunidad entre los compañeros, la productividad aumenta, disminuye el abstencionismo y reduce la rotación de personal.

Modificar las normas de comportamiento de una empresa es complejo porque implica hacer ajustes en los valores, la organización interna y la cultura. Desde finales del siglo pasado surgió el concepto entornos laborales saludables, utilizado para denominar a aquellos lugares de trabajo en los que se cuida la salud corporal, intelectual y mental de los empleados.

Estos entornos impulsan el cambio social porque compromete a los empleadores con el bienestar de los que laboran para ellos, al mismo tiempo delega responsabilidades a los empleados sobre su estado físico y emocional. Esto quiere decir que la compañía va a reacondicionar oficinas, ofrece otros lugares para diversas actividades y promueve ciertos valores para que los empleados se sientan menos estresados, más seguros y sean capaces de ser creativos o crecer profesionalmente, pero usarlos y aprovecharlos depende totalmente de los trabajadores.

El compromiso adquirido por los directivos se ve reflejado en políticas de la organización que involucran a jefes, a los clientes, proveedores y empleados, y se refleja en programas para el sano desarrollo de los colaboradores y sus familias. Parece una idea romántica, pero no hay que olvidar que la dignidad y buenas condiciones de trabajo es algo que aún no está asegurada para la mayoría de las personas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una empresa adquiere el estatus de lugar de trabajo saludable cuando la comunidad de la compañía trabaja conjuntamente para garantizar la salud, la seguridad y el bienestar de todos los que son parte de él, e impacta favorablemente en su productividad. Para lograrlo, la OMS propone enfocarse en 4 ejes: el ambiente físico de trabajo, el ambiente psicosocial de trabajo, la participación de la empresa en la comunidad, y la promoción y apoyo de estilos de vida saludables.

Procurar una salud integral de los trabajadores es generar proyectos competitivos. Va desde lo elemental, como darles un seguro médico y los días de vacaciones conforme la ley, hasta tener un espacio de trabajo óptimo, por ejemplo usar sillas ergonómicas ya que los empleados pasan muchas horas seguidas sentados. Y en general las instalaciones deben ser lugares seguros para todos.

Es falso esa idea de que la productividad de la empresa va a disminuir si alguno de los colaboradores se va de vacaciones, esos días de descanso contribuyen a mejorar el estado físico y mental de las personas, reduce el estrés laboral y aumenta la motivación para continuar con sus actividades laborales.

El espacio físico se ha convertido en un lugar donde se “construye comunidad”, como dice un artículo de la revista estadounidense Fast Company, ya que estimula las capacidades profesionales de las personas. El caso emblemático son las instalaciones de Google, pero cada empresa debe estudiar sus propias necesidades y hacer lo mejor que pueda con los recursos que cuente. Esta es la razón por la cual el diseño de las oficinas cobró importancia en la última década.

Los entornos laborales saludables benefician a las empresas porque hacen que los trabajadores se comprometan más con los objetivos del proyecto y con su propio progreso profesional, además de generar un ambiente de trabajo agradable. Cada esfuerzo realizado por la organización se encamina a enmendar problemáticas laborales que los trabajadores llevan por lo menos dos siglos denunciando, les han hecho ver a los empleadores que las condiciones necesitan mejorar, pero también los ejecutivos están abiertos a experimentar por otros caminos.

Sobre el autor: Kayleigh Bistrain.

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