Transformación digital y ágil
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Transformación digital y agilidad

Por: Héctor Pérez, PMP

El término Transformación Digital se escucha cada vez más en el ámbito empresarial, y sin embargo muchos profesionales no tienen claridad al respecto de este concepto y las implicaciones que tiene para una organización que se embarca en una iniciativa de este tipo.

Les invito a acompañarme a conocer de dónde ha surgido este término y las razones por las cuales se ha vuelto tan popular en las organizaciones.

Las innovaciones disruptivas especialmente en tecnología y modelos de negocio tienen mucho que ver con la existencia de la transformación digital; la definición de disrupción tiene una connotación negativa ya que significa interrupción abrupta de algo continuo, como un proceso o un flujo, sin embargo la innovación disruptiva se refiere a algo positivo, se refiere a una innovación que rompe el status quo, generando una nueva forma de hacer algo, una nueva tecnología habilitadora, una forma novedosa y efectiva para resolver un problema o satisfacer una necesidad.

Las innovaciones disruptivas no son algo nuevo, se han dado desde hace mucho tiempo en diversas industrias, habiendo llegado inclusive a revolucionar sociedades y habiendo tenido impacto en la economía tanto a nivel de país, a nivel de región e inclusive a nivel global.

Carlota Pérez en su artículo Technological revolutions and tecno economic paradigms, identifica 5 revoluciones industriales: la llamada Revolución Industrial – 1771-, la máquina de vapor y el ferrocarril – 1829 – , la revolución del acero y la electricidad – 1875 -, la revolución del petróleo y el automóvil -1908-, y la revolución de la información y las telecomunicaciones – 1971 -.

En cada revolución se han dado estas innovaciones disruptivas y todas pasaron por las etapas del ciclo de vida de un producto nuevo, la etapa emergente, cuando es una idea, se realizan prototipos y se exploran varios diseños, la etapa de trayectoria definida, cuando surgen mejoras aceleradas en varios diseños, se crean varios diseños  con retroalimentación de varios participantes en el mercado (productores, diseñadores, distribuidores, usuarios), se define un diseño dominante y la adopción se empieza a acelerar; por último la madurez, cuando el uso del diseño dominante es ampliamente aceptado y utilizado.

Los cambios de paradigma en cada revolución industrial,  impactan a la economía, la promesa de cada innovación implica altos niveles de rentabilidad, muchos participantes se involucran tratando de lograr esta rentabilidad,  y los participantes apuestan por los diseños en cada etapa del ciclo de vida del producto, en este caso los agentes económicos le apuestan a los distintos diseños que se crean y ganan los que apuestan al diseño dominante, el resto pierde, en algunos casos convirtiéndose en burbujas financieras que explotan con los resultados conocidos de pérdidas cuantiosas.  Cuando pasa el furor, la economía se regula y la innovación libera los beneficios de productividad y económicos a los inversionistas ganadores.

La revolución de la información y las comunicaciones, en particular la gestión de la información digital, descansa en tres leyes fundamentales, La ley de Moore (procesamiento) dice que los procesadores duplican su capacidad cada 18 meses. La ley de Butter (comunicaciones) establece que la cantidad de datos que pasa por una fibra óptica se duplica cada 9 meses, y finalmente, la ley de Krayder (almacenamiento) la cual establece que la capacidad de almacenamiento por centímetro cuadrado de disco duro, se duplica cada 13 meses (90´s y el inicio de los años 2000).

En todos los casos hablamos de funciones exponenciales, las innovaciones disruptivas en tecnología se están dando a una velocidad exponencial y sin embargo las organizaciones realizan los cambios a una velocidad lineal, esto genera una brecha, y la brecha crece a gran velocidad. 

La promesa de potencial rentabilidad al aprovechar las oportunidades generadas por las innovaciones disruptivas en tecnología es la motivación de las organizaciones para realizar una transformación, la “transformación digital”, para lograr cerrar la brecha entre la situación actual y el futuro potencial.

Transformación se refiere a un cambio radical, un cambio dramático; una iniciativa de transformación digital es entonces, un cambio radical no solo por la introducción de nueva tecnología, sino un cambio estratégico que pretende cambiar procesos, cultura, estructuras y apoyarse en las innovaciones digitales para lograrlo; la gestión de los cambios o proyectos realizados de forma tal que permitan realizar el ciclo de probar, fallar y adaptar soluciones en el proceso de transformación.

Al analizar los puntos anteriores, es evidente que las organizaciones quieran sumarse a esta ola de transformación digital, pero un tema es conocer el concepto, y otro muy distinto poderlo implementar. Las prácticas ágiles pueden contribuir de forma significativa a realizar esta transformación, ya que, por su naturaleza, permiten resultados en iteraciones continuas que permiten adaptar y ajustar el rumbo de las iniciativas, respondiendo a cambios en los clientes, la competencia y el entorno en general.

La compatibilidad y complementariedad de la transformación digital y la agilidad permiten afirmar que la filosofía de la Agilidad de Negocios guía a una organización a establecer técnicas y herramientas de gestión, para realizar y sostener los cambios que requiere una estrategia de transformación digital.

Referencias:

Artículo: Technological revolutions and tecno economic paradigms, Carlota Pérez.

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