Jugar en serio
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Jugar en serio es Aprender de verdad

Por: Julio Matus Nakamura, PMP® – Certified LEGO® Serious Play Facilitator by The Association of Master Trainers in the LEGO® Serious Play Method.

Ahora que estamos colaborando con la promoción de un evento que se llama #Play14Una reunión internacional de personas con ideología afín que comparten la idea de que jugar es la mejor manera de aprender (durante dos días y medio compartiendo juegos serios y actividades divertidas, experiencias y consejos, conocimientos e ideas, risas y sonrisas), me cuestione seriamente ¿Cuándo dejamos de jugar? Y por ello comparto la siguiente reflexión…

Jugar es nuestra manera natural de aprender, adaptarnos y desarrollar nuevas habilidades. ¿Tienes dudas de ello? ¿Cómo aprendiste en tus primeros años?

“Jugar es lo que nos prepara para el surgimiento de emergentes y nos mantiene abiertos a descubrimientos fortuitos, a nuevas oportunidades”– Brown Stuart, Play, Avery 2009.

Analizando, podemos definir 3 componentes  del juego:

1. Imaginar

2. Divertirse

3. Respetar las reglas

Jugar siempre es divertido y nunca frívolo. Todos los autores que tratan y han estudiado el tema coinciden en que el juego siempre es de utilidad. Se define el “juego“como una actividad voluntaria, estructurada y limitada que hace uso de la imaginación aprovechando los elementos de la fantasía y la creatividad. Es decir, es una actividad desarrollada dentro de un marco de espacio y tiempo, regida por reglas entre los participantes sin figuras autoritarias.

La paradoja de jugar en serio

El juego de adultos es parecido al juego de niños, pero no es lo mismo. Cuando los adultos juegan, lo hacen con sentido de identidad, es decir, de forma competitiva.

Si extrapolamos los componentes del juego al concepto de jugar en serio (Serious Play) en las organizaciones, tenemos que debe ser muy similar:

1. Usar la imaginación, no la fantasía

2. Coincidir en que no están creando un producto o servicio directamente

3. Acordar reglas y mantener los dos objetivos previos en mente.

A primera vista, esto de jugar en serio quizás parezca extraño pues la mayoría de nosotros vemos jugar como opuesto a trabajar, una actividad divertida para llenar el tiempo libre cuando no estamos ocupados en algo serio. El mismo término de jugar en serio puede parecer un oxímoron, pues suena paradójico, pero existen excepciones, por ejemplo el grupo LEGO® siempre se ha tomado el juego muy en serio.

Los propósitos de jugar en serio

Los adultos juegan teniendo en mente objetivos como por ejemplo: crear lazos sociales, expresar emociones, desarrollar conocimiento y competir constructivamente.

La creación de Lazos sociales es un beneficio importante del juego, pues aporta un sentido de pertenencia, seguridad y expresión cultural pues se asignan roles a través de la cooperación. Es una excelente oportunidad de desarrollar un sinnúmero de habilidades suaves como: liderazgo, trabajo en equipo, altruismo, perseverancia, persuasión, entre otras; en resumen contribuye a desarrollar una autoevaluación y un concepto constructivo del yo.

Cuando jugamos las emociones como el amor, la ira y el miedo, conforman y motivan las diferentes formas del juego en las que se participa, así como las expresiones simbólicas producidas por los jugadores. Es por ello que los juegos constituyen un entorno natural propicio para una experiencia terapéutica o catártica ya sea consciente o inconsciente.

Jugar permite transmitir y hacer entender conceptos muy abstractos, temas complejos, problemáticas difíciles que de lo contrario resultan imposibles de identificar. Se ha descrito al juego como el fertilizante para el crecimiento cerebral.

En términos del desarrollo cognitivo, sabemos que el juego contribuye al aprendizaje y a la comprensión, ahora bien, el objetivo del juego puede cobrar distintos significados usando modelos, metáforas e historias. El juego nos permite presentar conceptos abstractos, nos permite presentar relaciones que de otra forma serian imposibles de comprender.

La competencia constructiva nos permite medir nuestras habilidades en comparación con nuestro adversario o adversarios, quizás no para ganar sino para alcanzar nuestro máximo potencial. Como en los juegos deportivos bien pueden ser equipos unidos por un objetivo, no necesariamente un solo jugador y contrincante.

Conclusión

Jugar en serio puede estar tan ligado a los desafíos reales de la vida diaria, de la problemática que enfrentamos en nuestros lugares de trabajo, de las crisis que con frecuencia se nos presentan creando un caos en nuestra vida, como el juego entre niños. El juego es especialmente adecuado para perfeccionar nuestra inteligencia competitiva y aquí es donde me pregunto ¿En que momento de nuestra vida perdimos la capacidad de aprender jugando? ¿Cuándo decidimos que son mas importantes otras cuestiones que jugar? ¿Quién nos enseño que jugar no tenia la prioridad más alta en nuestra vida? Porque si ven a un niño de menos de 8 años, su prioridad es jugar y puede dejar de comer, dormir e ir al baño incluso por continuar jugando; porque están ávidos de aprender y eso lo hacen mejor jugando.

Regresemos a lo básico:

¡Si quieres aprender de verdad, entonces tienes que jugar en serio!

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