Alianzas estrategicas
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Relaciones estratégicas: alianzas que hacen más fuerte a una organización

La definición de una organización dice que ésta agrupa recursos y medios para un fin determinado, lo cual puede llevarla a vincularse para alcanzar un objetivo en común. Una organización individualista es poco competitiva porque atenta contra su principal fundamento, el de trabajo en equipo. Así, las alianzas estratégicas surgen como alternativas para hacer más rentable un proyecto y lograr las metas propuestas.

Una alianza estratégica es un convenio entre dos o más organizaciones para llevar a cabo un plan de acción que les permita tener una mayor ventaja competitiva. Esto se puede lograr por varias razones, ya sea porque una de ellas entiende mejor un nicho de mercado o las políticas de un país, mientras que la otra tiene mayor capital o un proceso productivo más eficiente. En esta relación lo que se busca es ganar-ganar, es decir que ambas partes logren beneficios en el medio en que se desarrollan.

Ante el crecimiento de la competencia global, resulta atractiva la idea de aliarse para optimizar recursos, acceder a otros mercados, aprovechar la tecnología, innovar o minimizar riesgos, mediante una sociedad. Si se busca evitar el desgaste de una organización y ser más competitivo frente a otras propuestas, hacer alianzas estratégicas es la alternativa idónea.

Antes de asociarse, algunos de los factores que se deben tomar en cuenta es: tener en claro para qué se quiere implementar esta medida; si la organización puede aportar algo a otra; lo que implica conocer la situación actual de la misma y; establecer un valor propio.

Después habría que estudiar con quién aliarse. La relación tiene que ser de beneficio mutuo, de lo contrario una de las partes dependería de la otra y esto puede provocar su disolución. Los vínculos se hacen cuando hay objetivos de negocio o ventajas competitivas en común y, sobre todo, los valores de las organizaciones empatan. Cuando los valores son incompatibles, las alianzas no prosperan.

Los acuerdos son eficientes cuando los propósitos están claros para todos los que forman parte del acuerdo y cada uno informa a la otra parte lo que está dispuesta a brindar para lograrlos. Se necesita de la cooperación entre ambas partes, ya que no solo se trata de buscar un beneficio sino de ayudar al otro a crecer también, porque el acuerdo implica que juntas generen un valor compartido.

Debe haber claridad entre los involucrados, por eso hay que establecer de manera formal quién o quiénes y cómo se tomarán las decisiones, así como los puntos que se tomarán en cuenta para diseñar las estrategias que los conduzcan a ese objetivo en común.

También se requiere lealtad debido a la naturaleza de la información que se va a manejar, hay que tomar en cuenta que se van a compartir pormenores sobre los procesos productivos, las operaciones internas y la cultura empresarial, datos que la competencia quisiera obtener. Por eso es fundamental acordar lo que cada uno está dispuesto a proporcionar y las razones por las cuáles se negaría a hacerlo.

Hay que recordar en todo momento que el objetivo es detectar oportunidades para llegar al consumidor gracias a una ventaja competitiva que le otorgue el vínculo con otra organización, por eso las alianzas estratégicas se pueden hacer entre empresas o entre empresas y sociedades no lucrativas, como una ONG.

Hacer alianzas estratégicas fortalece a las organizaciones, estas acciones se toman para hacer frente a la competencia. Cuando se va solo a la batalla para ganar mercado, con debilidades y carencias, hay un desgaste que termina por minimizar las fortalezas. En cambio, cuando un socio subsana esas deficiencias y viceversa, ambos se convierten en un rival más fuerte.

Sobre el autor: Kayleigh Bistrain.

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